Juan Miguel Alcántara SoriaOpinión

Las corcholatas, juguetes de AMLO. Arrancó el maximato

Por Juan Miguel Alcántara Soria

A López Obrador “le valen madre” la ley y las instituciones. Reiteradamente las manda “al diablo”. Lo hizo como jefe de gobierno del DF, lo hace hoy como presidente. Al día siguiente de las elecciones en el Edomex, al no obtener su candidata a gobernadora más de un 20% de diferencia respecto a la candidata opositora -como esperaba, por las carretadas de recursos que le destinaron Federación y gobernadores morenistas-, citó a las corcholatas -que solo él eligió-, para anunciarles cómo llevará las riendas de la sucesión, y cómo intentará contener las pugnas internas. Ese lunes 5 les leyó la cartilla, y les dio luz verde para renunciar a sus cargos, y promoverse aun más. Todo es una simulación, nada democrática, de principio a fin. El domingo 11, el Consejo Nacional de su partido confirmó su calendario para los próximas tres meses. Los debates y la confrontación de propuestas quedaron prohibidos (como lo pidió la Sheinbaum, favorita de Palacio). ¿Cómo saber qué piensa cada uno? Lo único que importa es ser popular, no aptitud o capacidad. Les prohibió usar medios de comunicación críticos de Morena o de la 4t. Ya anuncian listas negras de medios conservadores: las mismas que usa AMLO. Esto es  veto o censura inaceptables; antidemocráticos insumos de su escaramuza populista. Nadie hablará mal de los otros. Y todos tendrán premio de consolación, al deber la ganadora darles huesos a todos, aun sus enemigos. Es el modelo del vetusto PRI. Hay que precisar que la encuesta no es votación de militantes o simpatizantes de Morena, quienes no pudieron proponer candidatos, ni votarlos. Ah, pero sí exigen el pueblo vote a Ministros de la Corte o consejeros del INE. Incongruentes. No dio reglas para el financiamiento, ni topes, ni montos, ni sanciones por el incumplimiento. (Por cierto, en esa sesión grabaron enojada a la Sheimbaum, y reclamar al presidente del Consejo, Alfonso Durazo, por gritos que le lanzaron al llegar. “Ya me cansé, ya me cansé”. Y apenas empieza).

Las reglas y tiempos para elegir mediante encuestas a candidata presidencial violan la Constitución, la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, ya que implican actos anticipados de campaña, inequidad, y el uso de recursos y servidores públicos. Las venían violando tiempo atrás, a la vista de todos. Calles, bardas y carreteras están saturadas con sus nombres. Para intentar impedir que el árbitro electoral los sancione, no le llaman elección de candidata presidencial, sino elección del titular de la “coordinación de defensa de la transformación”, cargo no previsto en sus estatutos. Es un fraude a la ley y a sus normas. El art. 194.1.a de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales ordena que en las elecciones presidenciales “las precampañas darán inicio en la tercera semana de noviembre del año previo al de la elección”. El Consejo Nacional de Morena  señala como plazos de registro de los aspirantes del 12 al 16 de junio, los actos de precampaña del 19 de junio al 27 de agosto; encuestas del 28 de agosto al 3 de septiembre.  Y la definición de su candidato el 6 de septiembre, cuando la ley marca que sea hasta febrero del 2024. Se adelantaron 148 días a la fecha legal, en todo. El INE ha recibido más de 250 quejas que denuncian actos anticipados de campaña, uso indebido de recursos públicos, promoción personalizada, de las cuales más del 50% son contra la Sheinbaum. El INE y el Tribunal deberán sancionarlos, incluso con la negativa, o en su caso, cancelación, del registro de la candidatura.

AMLO busca gobernar más allá de su tiempo presidencial, asegurarse el control de bancadas legislativas, y poder usarlas ante al próximo titular del Ejecutivo. Tendrá, además, la revocación de mandato. La corcholata ganadora será la de la “encuesta madre” que él perfile. Todas bailan a su ritmo, incluyendo meretrices de Verde y PT, en la “mesa que más aplauda”. Arranca nuevo “maximato”. Ante el corcholatismo-simulación democrática, se ocupan demócratas que sí deliberen, contrasten y voten. Y manden al autócrata a su rancho que bautizó “La Chingada”. No será necesario subirlo al avión en pijama, como a Plutarco Elías Calles.

MEJZ*

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