Policía soñaba con los XV años de su hija y lo mataron; “era pilar de su familia”

Por Luis Alberto Martínez / León, Guanajuato – Daniel Arévalo Hernández, el policía asesinado en el cumplimiento de su deber, era el pilar de su familia, el pilar emocional, el pilar fraternal, el que les transmitía seguridad a sus hermanos y hermanas, a sus sobrinos, a su esposa y a sus hijos, sin duda una fortaleza para su padre.

Hace mes y medio había perdido a su madre, y este sábado cumpliría 40 años.

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Así es como la familia de Daniel lo recuerda, y es como debe ser recordado, fue un policía honorable durante cuatro años, un esposo leal y dedicado durante 17 años, un padre amoroso durante casi 15 años, y un hijo y hermano ejemplar durante 39 años y 361 días.

«Era el pilar de la familia», dice su hermano

César es su único hermano varón, y lo recuerda como el pilar de la familia, contó desde una terraza adjunta a la capilla 2 de la Funeraria Eternity, en donde velaban a su hermano.

Era el pilar de la familia, jugaba futbol, le iba al León, y le gustaban las motos, ser policía era su pasión… apenas hace mes y medio perdimos a mi mamá, y pues el duelo todavía no acaba, él siempre fue nuestro pilar”.

César Arévalo Hernández / Hermano del policía asesinado en León

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Recuerda que cuando él o alguna de sus hermanas “la andaba regando”, era Daniel quien se sentaba a platicar con ellos para orientarlos. “Era muy inteligente y muy certero en lo que siempre decía”.

También recuerda que ser policía siempre fue algo que tuvo en mente, pero hasta hace unos años se decidió, pues durante más de 11 años trabajó para la empresa Flexi como estrobelero, y luego un par de años vivió de los diversos oficios que sabía, desde fontanero y electricista, hasta herrero o mecánico. Era el tipo de hombre que sabía qué hacer, siempre.

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que el policía asesinado sí usaba chaleco antibalas

Trabajó un tiempo en Coca-Cola, pero ya había iniciado su trámite de ingreso a la Academia Metropolitana de León, y efectivamente lo llamaron, así fue su ingreso y sin problemas pudo graduarse.

María de la Luz fue su esposa durante 17 años, y desde que ingresó a la corporación policiaca, todos los días lo despedía de la misma forma, lo persignaba y le decía “con bien te vas, con bien regresa”, pero siempre había esa intranquilidad de saber que ponía su vida en riesgo para darle una mejor calidad de vida y un mejor futuro a ella y a sus hijos; un varón de un año y dos meses, una niña de cuatro años y una jovencita a punto de cumplir 15.

“A veces estábamos arriba, a veces abajo, él era una persona estable. Nunca fue de trabajo en trabajo, trabajó (…) él siempre lo hizo por una mejor calidad de vida para su familia y para sus hijos. Él no pensó en los riesgos que se podría tomar (…) dio la vida por su trabajo, sus hijas eran todo para él, todo lo hacía por su familia”.

María de la Luz / Esposa de Daniel Arévalo, policía asesinado en León

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Había muchos planes para este año, terminar de pagar la casa que había comprado hace años, construir un cuarto para cada una de sus hijas, hacer la fiesta de XV años a su hija mayor, lo que cualquier padre dedicado tiene como metas de vida, darle todo a su familia, y ayudar a los demás hasta donde le era posible.

Con el asesinato de Daniel, León no solo perdió a un policía, también perdió a un buen hermano, hijo, esposo, padre y ciudadano responsable, disciplinado e inteligente, que se entregaba al trabajo para lograr el bienestar de su familia y de su ciudad.

MEJZ*