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«Mi hermano murió de COVID-19 en mis brazos; ningún hospital lo recibió»

Julián relata su deambular por varios hospitales de Reynosa, Tamaulipas, buscando apoyo para su hermano que solo presentaba una tos muy fuerte; en todos los lugares le negaron el servicio

“Las personas se están muriendo en la calle, los doctores no quieren salir a checarlos, en los hospitales no los reciben porque no hay camas. Mi hermano murió en mis brazos, en el carro en el que lo llevaba, porque nadie se tocó el corazón, y así se están perdiendo otras vidas porque en Reynosa el sistema de Salud colapsó”, lamenta Julián, bañado en llanto.

Recuerda que su hermano, de 36 años, padre de tres hijos y trabajador de maquiladora, le pedía que ya no solicitara favores, que lo dejara morir, al ver que los hospitales estaban saturados y los médicos no podían atenderlo. Finalmente murió en su auto el 2 de julio.

“Yo entiendo que los médicos, las enfermeras y todos los que trabajan en los hospitales tienen miedo de contagiarse de coronavirus. Ellos también arriesgan la vida, pero debería existir un espacio donde al menos reciban a los pacientes para valorarlos”, dice.

Las lágrimas no dejan de rodar por el rostro de Julián, por momentos se pierde en sus pensamientos, se truena los dedos, se toca el cabello. Su mirada se queda fija y luego retoma la conversación con más coraje.

“Mi hermano tenía al menos dos días con una tos muy fuerte, no tenía temperatura o algún otro síntoma como los que dicen acompañan a ese virus”, explica refiriéndose al Covid-19.

Relata que cuando su hermano empezó con problemas para respirar decidió llevarlo al Hospital General, donde se le informó que no tenían espacio, que tal vez podrían recibirlo en el módulo que se instaló en el gimnasio de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, atendido por personal de Médicos Sin Fronteras.

“En la UAT me dijeron que no había lugar. Me lo llevé al ISSSTE porque alguien me dijo que lo podía checar un doctor al menos, pero tampoco lo atendieron. Fuimos a hospitales privados y tampoco lo atendieron. Mi última opción era llevarlo al Hospital 270 del IMSS y cuál sería mi sorpresa que ni siquiera nos dejaron entrar”, contó.

Julián asegura que los pulmones de su hermano no resistieron más y tras seis horas de deambular, finalmente murió.

Él no es el único caso, el 25 de junio otro hombre falleció en su auto, en las puertas del hospital del IMSS de Reynosa.

La imagen de un joven de pie, con los ojos cerrados y sus manos sobre el cuerpo de su familiar circuló en redes sociales y generó dudas sobre la capacidad hospitalaria en el municipio ante la pandemia.

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