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Doña Mago, paciente de Alzheimer, no ha olvidado sonreír

León, Guanajuato – “Fue Aureliano quien concibió la fórmula que había de defenderlos durante varios meses de las evasiones de la memoria (…) El letrero que colgó de la cerviz de la vaca era una muestra ejemplar de la forma en que los habitantes de Macondo estaban dispuestos a luchar contra el olvido (…) Así continuaron viviendo en una realidad escurridiza, momentáneamente capturada por las palabras, pero que había de fugarse sin remedio cuando olvidaron los valores de la letra escrita”, Cien Años de Soledad.

El Alzheimer es irreversible, por eso es importante hacer caso a los signos de alerta para evitar que este padecimiento neurológico avance hasta el olvido.


Doña Margarita es viuda desde hace once años y desde hace tres años comenzó a perder la memoria.

Su hija, María Eugenia la llevó a vivir con ella desde el momento del fallecimiento de su papá. Ya siendo adula mayor, Doña Mago se valía por si sola y tenía una independencia impresionante.

Hace tres años empezamos a observar que la memoria ya no era igual, preguntaba mucho las mismas cosas, repetía mucho las mismas preguntas, entonces la trajimos al Instituto de la Memoria y le hicieron una valoración”, compartió.

La noticia nos cayó como un balde agua

“Nos cayó como un balde de agua cuando nos dieron el diagnóstico, sí te cae como un balde de agua fría escuchar que tu mamá está en los inicios de este padecimiento”, narró María Eugenia.

A partir de ahí, la vida cambió para toda la familia.

En ese momento vivían con Maru su esposo y sus hijas; hoy la casa está habitada solo por su esposo, su mamá y ella; sus hijas se casaron e iniciaron su vida en familia.

Este agosto se cumplieron dos años que Doña Mago inició con los tratamientos para atender su demencia.

Le dan clases de dibujo, música, destreza, habilidades, terapia física y ejercicios para la memoria, todo a las posibilidades y la condición que presente cada una de las cien personas adultas mayores que actualmente reciben terapias en el Instituto de la Memoria.

Hoy Doña Mago, a sus 85 años, continúa aferrándose a la vida y a los recuerdos; ha atendido puntualmente sus terapias, lo que le ha permitido que el Alzheimer no se apodere totalmente de su mente.

En todo ello, ha sido importante la presencia de su hija, de su yerno y sus nietas, especialmente de una que vive en esta ciudad, y que junto con su esposo apoyan a su mamá y papá para que de vez en cuando tomen un descanso.

Me mudé a su recámara

«Sí, sí te cambia la vida, al principio de su padecimiento ella era muy independiente, pero luego de una caída tuvo un retroceso en su atención neurológica, y ahora hay que cambiarla, bañarla, vestirla, darle una atención las 24 horas del día los siete días de la semana”, comentó Maru.

La hija de Doña Mago, se mudó a la recámara de su mamá para estar pendiente de ella por las noches, además tiene que aprovechar los espacios que la lleva a sus terapias para hacer trámites de pagos de recibos, el súper y otras actividades personales.

“Antes podía tener un espacio con mi esposo para ir a cenar o alguna reunión, hoy sabemos que mi madre depende cien por ciento de nosotros y nos tenemos que acoplar a esta nueva forma de vida”, narró.

Los días que no acude a terapia, Maru se encarga de leerle a su mamá, y de ponerle actividades que ejerciten su mente.

De los momentos más significativos para Doña Mago es cuando llega su bisnieto y juega con ella, el pequeño con apenas tres años de edad interactúa con atención y amor con su bisabuela.


Ella se esfuerza por enseñarle parte de las habilidades de su niñez, como introducir figuras geométricas en el bloque multicolores del pequeño.

Hoy, lo más importante para su familia, es que a Margarita Teresa González Sánchez, no se le ha olvidado sonreír.

Urgen políticas públicas con atención a problemas neurológicos

En Guanajuato hasta el corte de agosto de este año se identificaron 40 personas con padecimiento de Alzheimer, 19 mujeres y 21 hombres, el doble de padecimientos registrados en los doce meses del 2022.

Actualmente el equipo del Instituto de la Memoria atiende a 50 personas con distintos tipos de demencia, entre ellas padecimientos de demencia y Alzheimer, 35 son mujeres y 15 hombres.

A decir de Silvia Aurora Trejo Bahena, coordinadora clínica del Instituto de la Memoria, la incidencia de mayor número de casos en mujeres deriva de la misma educación que tuvieron las personas adultas mayores.

A los hombres se les obligaba a ser fuertes y no expresar sus sentimientos, dolores y emociones, las mujeres, por ende, más frágiles, han tenido oportunidad de ser atendidas de este padecimiento clínico.

Las mujeres tienen mayor probabilidad de desarrollar una enfermedad como demencia tipo Alzheimer, y también interviene mucho el factor social, porque no se les enseñar a pedir ayuda”, explicó.

Pero las cifras en el panorama nacional del sistema de Salud Federal advierten prácticamente una incidencia de atenciones de igual número de hombres y mujeres con la enfermedad del olvido.

Por su parte, María del Carmen Villamontaño, directora general del Instituto de la Memoria, dijo que en Guanajuato y en México, en general, se requiere de una cultura para el cuidado del adulto mayor.

Destaca que la incidencia en el crecimiento de este tipo de demencia deriva a que en el plano estatal ha incrementado el número de atenciones a personas adultas mayores, pues ya hay más presencia de geriatras.

No obstante, aun cuando esta enfermedad es más visible, los espacios de atención para este sector de la población carecen de lineamientos de inclusión para ellas y ellos.

Lo vemos en la falta de accesibilidad en la movilidad porque estamos hablando de personas adultas mayores con problemas de movilidad, con alguna discapacidad y con problemas de memoria, esto hace más complicado su forma de adaptarse y sumarse a actividades en espacios públicos”, indicó.

La directora general precisó que actualmente la pirámide generacional está cambiando, y hoy día hay más personas adultas mayores. Por ello es importante que desde los órganos de salud pública se cuente con herramientas que permitan un sano desarrollo.

El Alzheimer se puede prevenir

Carmen Villamontaño aseguró que el Alzheimer se puede prevenir llevando una vida saludable, evitando la automedicación, aprender actividades nuevas, hacer ejercicio y muy importante cuidar la alimentación.

“Eso nos dará factores de protección, mientras el cerebro esté activo y el resto de nuestro cuerpo también, podemos ponerle un poco de freno a la enfermedad”, precisó.

La coordinadora clínica compartió que hoy día no hay un medicamento que cure el Alzheimer ni otro tipo de demencia, pero sí hay cosas a favor que permitan controlar la enfermedad.

De manera general los primeros signos de demencia pueden registrarse desde los 55 años, pero hoy día en esta clínica acude un familiar que su esposa tiene 41 años, diagnosticada con demencia temprana.

“Es de los casos poco usuales y él está viniendo para entender de qué manera puede ayudar a su pareja”, dijo.

El Instituto de la Memoria es una asociación que trabaja con recuperación de recursos, pero las personas que requieran del apoyo pueden acudir y a partir de un diagnóstico socioeconómico pueden determinar si es viable la atención.

Incluso este centro trabaja de la mano con el Sistema DIF León donde se ofrecen algunos talleres o conferencias para personas adultas mayores y sus familias.

Este centro cuenta con un grupo de experiencia y vida que son personas adultas mayores de 55 años que acuden a realizar actividades para prevenir padecimientos de demencia.

Los viernes cuentan con un grupo de apoyo a familiares en el que además de darles terapias, hay contenciones y orientaciones para que sea más llevadero el trabajo que adquieren cuando un miembro de su familia presenta algún cuadro de demencia.

Para mayores informes puedes acudir a las oficinas ubicadas en Ancorada 127, Residencial San Ángel, 37287 León, Guanajuato de lunes a viernes de 8:00 a 17:00 horas, o bien comunicarte para una cita al teléfono 477 187 10 45.

MEJZ*

Gaby Bárcenas

Periodista con más de 26 años de experiencia en temas políticos, económicos y de salud. Apasionada del trabajo y ocupada por brindar información que abone a ampliar el contexto de los lectores. Me gusta la música, el vino tinto y la cerveza clara.

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