Juan Miguel Alcántara SoriaOpinión

Obradoristas desacatan órdenes judiciales ¿Qué sigue?

Este domingo hubo elecciones para gobernador/a en Coahuila y Edomex

Juan Miguel Alcántara Soria

Este domingo hubo elecciones para gobernador/a en Coahuila y Edomex, donde ganaron, en el primero, la alianza PRI, PAN y PRD. En el segundo, la de Morena, Verde y PT. Es necesario analizar el contexto y los resultados, lo que haremos en siguiente colaboración. Pero adelanto que fue paradójico para el PAN deber optar por un mal menor –y posponer lograr alternancia donde no ha ganado-, ante el mal mayor que significa ser “obradorizadas” esas entidades. Asomarse al desastre de gobiernos estatales de la 4t (BC, Zacatecas, San Luis Potosí, Tamaulipas, Veracruz, Chiapas o Quintana Roo), da razones para evitar más dolor evitable. La contención buscada dependía de una proporción de votantes de más del 60% del listado de electores, que voten más jóvenes, y los de mayor escolaridad y las clases medias, lo que se logró en Coahuila. En el Edomex votó una proporción menor. Buscaremos explicaciones.

En lo nacional, la tensión entre los poderes públicos sube a niveles más dañinos para la división de poderes, nuestra frágil democracia, y el principio de legalidad que debe regir a toda autoridad. El ejecutivo, y la mayoría oficialista en el poder legislativo, hostigan, groseros, a los ministros de la Suprema Corte de Justicia. Sus hordas también. Y desacatan órdenes judiciales. El presidente López Obrador, dijo, desbocado, que la  Suprema Corte le está dando “un golpe de estado técnico”, y que ”no le permite ejercer el poder”. Sus dichos son harto graves e infundados. No son otra exageración más de su retorcida percepción. Las resoluciones judiciales que han suspendido algunas de sus obras son porque la Constitución, en ciertos casos, permite a afectados en sus derechos fundamentales solicitarlas, y obliga a los jueces a concederlas.

La “justificación” de esos dichos que intenta la ex-ministra Olga Sánchez Cordero, senadora obradorista: de que “derivan de motivos personales” de AMLO, es estúpida. Por habérsele iniciado juicio de desafuero cuando era jefe de gobierno del DF. Recordemos que en el 2000 AMLO expropió el predio El Encino, en Cuajimalpa, para hacer dos calles, sin soporte técnico, violó suspensiones, y no quiso pagarlo. Conocí el expediente porque fui parte del equipo de abogados de la afectada. AMLO me señaló en sus mañaneras. El decreto expropiatorio violaba diversas disposiciones, al no haber dictámenes periciales que lo justificaran en expediente mal integrado. Un Juez de Distrito amparó al afectado. Lo confirmó un Tribunal Colegiado. AMLO violó la suspensión concedida, y cometió un delito previsto en la Ley de Amparo. La 1ª Sala de la Suprema Corte resolvió que sí había pena aplicable a la violación de la suspensión. La PGR ejercitó acción penal. AMLO gozaba de “fuero”. Por tanto, se pidió a Cámara de Diputados declarar procedente acusarlo. En la Cámara, presidida por Manlio F. Beltrones, del PRI, lo dilataron más de 10 meses. AMLO compareció a hacer alegato, sin aportar prueba alguna de no haber violado suspensión. De allá deriva su odio a jueces y ministros. Y vuelve a desobedecer órdenes judiciales.

También el pasado jueves 1 de junio, legisladores federales de Morena, PT y Verde, luego de recibir una orden de jueza federal de nombrar comisionados del INAI, votaron en contra de convocar a un período extra del Congreso para nombrarlos. Pretextaron ser “autónomos”, los lacayos. Les aplicarán multas. Y si reinciden, podrán ser inhabilitados para ocupar nuevos cargos públicos. Ahí sí les dolerá. De uno y otro poder público hay desacatos a jueces, como nunca. Sube tensión. Amenazan con reformar la Constitución (que hoy no pueden), para destituir ministros y que su designación sea por voto popular. Elección así solo hacen en Bolivia, y es desastroso.

Donde sí hubo autogolpe de estado fue en Perú, en diciembre del 2022. El entonces presidente, Pedro Castillo, clausuró al Legislativo y decidió trastocar al poder judicial. Los otros poderes lo destituyeron por ese autogolpe, y lo procesan por corrupción. AMLO defiende al golpista. No quiera imitarlo (en corrupción van) . Nos toca cuidar nuestras instituciones y equilibrios. Esto exige politizar a los ciudadanos y ciudadanizar los partidos. ¡YA!

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